La Sociedad de la Información es expresión de los medios de comunicación más nuevos, o renovados tecnológicamente en la última década del siglo: la televisión, el almacenamiento de información, la propagación de video, sonido y textos. En este proceso ha tenido mucho que ver la globalización contemporánea Hasta hace poco las fronteras entre lo local y lo mundial y entre la periferia y el centro estaban bien definidas. Los productos de las industrias culturales más extendidas pueden ser consumidos en prácticamente cualquier rincón del planeta. Pero los flujos de la comunicación siguen siendo unilaterales., los emisores son casi siempre las grandes empresas mediáticas de origen y capital fundamentalmente estadounidense. Sus productos no siempre son de buena calidad; es más, abunda la mala calidad de los productos culturales que hoy circulan por el mundo. Otra de las consecuencias de la globalización es la capacidad de las industrias de los medios de comunicación de uniformar los gustos culturales de sociedad muy diferentes entre sí. En todo el mundo vemos las mismas películas y en ocasiones también los mismos programas de televisión. Pero los pueblos con profundas tradiciones e instituciones culturales cuentan con más elementos para equilibrar con productos propios los bienes mediáticos trasnacionales.
La Sociedad de la Información es una de las expresiones, de la globalización contemporánea. Ante las posibilidad de que la sociedad contemporánea despliegue sus mejores potencialidades a partir del intercambio de información y la transformación de ésta en conocimiento resulta imprescindible realizar la ardua tarea de capacitar a los ciudadanos para saber aprovechar la información en forma creativa. Los cambios tecnológicos deben ser compartidos por la mayoría de las personas. Hay que democratizar la información y con ello el conocimiento. Elevar el nivel de vida de nuestros ciudadanos e incorporar a aquellos que por diversas circunstancias están marginados de nuestra sociedad. La sociedad de la información deberá estar al alcance de todos, formando parte integrante de nuestra vida cotidiana, proporcionándonos instrumentos y servicios útiles en nuestro hogar, en nuestro lugar de trabajo, por todas partes. Deberemos ser capaces de ayudarnos a sacar fruto del progreso tecnológico y de asegurar el acceso equitativo a la sociedad de la información y la distribución justa del potencial de bienestar.
Reconocer las desigualdades entre los países más desarrollados y los más pobres y sus posibilidades mayores o menores de acceder a la información constituye el primer paso para comenzar a superarlas. Las políticas públicas juegan un papel primordial. Es ahí donde se debe señalarr qué es y qué puede ser, con todas sus ventajas y limitaciones, la Sociedad de la Información.
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